MALDONADO, TODO EL AÑO HERMOSA

textos: Gerardo Basignani


Llegar a Maldonado en cualqueir parte del año tiene su encanto. Su Arquitectura, su clima, su naturaleza, su gente. 
Recorrer sus calles en oportunidad de una nueva fecha de la Agrupación de Atletas del Uruguay no tiene precio. El color del Océano invita a mojar tu cuerpo. 
Llegamos al punto de largada y llegada frente a la Intendencia y el Campus de Maldonado. El color, el ruido, las fotos, los abrazos, y el choque de una mano para deseárnos buena carrera. Eso es lo que con gusto hacemos y recibimos en cada largada. Tempranito en la mañana ya habían partido de la zona del Obelisco de Montevideo los buses de la Agrupación que llevaban competidores para la ciudad. En la ruta te ibas encontrando con más atletas que con sus banderas se identificaban por el equipo que correrían. El encargado de largar la competencia anunció su partida y todos salimos como se dice en el ciclismo: A TREN CONTROLADO, hasta que luego de varios metros el camino empieza a despejarse. El público local salió a las calles para alentar con aplausos, sonrisas y el clásico " vamos muchachos que ya falta poco". Dedito para arriba para la organización, que tuvo la precausión  necesaria para los puestos de hidratación en varios tramos de la carrera. El calor y la humedad hacían sentir su presencia. El cartel que te dice cuántos kilómetros van, el reloj que miras y tenes la idea como venís, el doblar la esquina y faltan 50 metros, ves el arco de llegada, un respiro al esfuerzo. Ves los fotógrafos que nos regalan fin de semana tras fin de semana sus registros para el mejor de nuestros recuerdos. Edgardo que saluda a todos, le pone humor , le pone esa salsa que es bien recibida cuando estás finalizando una gran esfuerzo de kms. La medalla, testigo fiel de haber estado presente para ganártela. El saludo con los compañeros del equipo y de otros. La ducha, el ir bajando revoluciones, y el ir pensando que lindo estaría para una buena bebida refrescante. Nos fuimos reuniendo todos los Supersónicos que habíamos ido y partimos para un destino que nos estaban esperando con su dueña de casa como una integrante más de nuestro equipo. Jeannette, un lujo de compañera, de amiga, nos recibió con mesas prontas para degustar lo que allí había. Su familia también nos recibió con el cariño sano y solidario. Gracias Jeannette por tu hospitalidad. Y gracias en nombre del equipo por no dejarnos venir sin antes haber pasado por los sólidos y los líquidos al costado de aquella hermosa piscina. Se repetirá, no lo dudes. 
Nos vemos en la próxima,
Gracias.














































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