Feliz día Mamá
Le hablo a
Ud. Señora, si algún día estuvo mirando desde la vereda o su balcón una carrera
de la AAU y la vio pasar.
Le hablo a
Ud. Señor, si en una de las tantas carreras de calle con todo el colorido de
las camisetas y el calor humano de los competidores la vieron pasar.
Yo le voy a
dar una ayudita, y cuando lea esto va a decir: “ah sí, me acuerdo, la señora
que corrió durante ocho meses con la b.b. en la panza y un cartel muy original
que decía: “B.B. A BORDO !!!!!!.”
Luego que nació el pimpollo, la flor, la dulzura, el sol que te ilumina cada mañana
cuando despiertas antes de tiempo. Su mirada cristalina y angelical, su sonrisa
que refleja el amor que le dan sus padres, el afecto que todos los integrantes
de la AAU le regalamos, sus fotos que ahora la revelan como la integrante más
pequeña con la camiseta del equipo que sus padres integran: Halcones. Y podría
seguir derramando palabras de cariños y elogios hasta que pidas un babero para
no mojar la camisa. Se llama UMA, hija de Carina y de Jorge, y ahijada de todos
nosotros.
Este
domingo, cuando ya el telón se bajaba en una nueva etapa de la AAU en
Canelones, y cuando todo volvía a la normalidad en las calles de la ciudad.
Cuando esperamos hasta el final sin movernos del punto de llegada esperando la
nota, miramos a lo lejos, y allá, doblando la esquina a unos 150 metros, la
vimos llegar, sus padres la sostenían de los bracitos, ella daba sus pasitos
como puede su pequeña edad, la casaca verde de una Halcona, y algo me corrió
como corriente en los brazos porque los pelos se pusieron de punta. Es que
llegaba Uma, a cruzar la meta por primera vez corriendo los tres juntos, y
ahora ya no en la panza, sino caminando. No importa si los fotógrafos ya no
estaban, no importa si el locutor que anuncia la llegada ya había callado su
micrófono, importó para sus padres, y para los que tuvimos la suerte de verla
llegar, una imagen que no se borra, una aplauso que sale espontáneamente, una
sonrisa que casi arrastra una lágrima de emoción, y un hombre que detrás
levantaba sus brazos moviéndolos en señal de que ahora sí, eran los últimos
competidores. Gracias Carina, gracias Jorge, y un millón de besos bien ruidosos
para la más chiquita: UMA.
Les presento
en esta nota, a su mamá Carina Ferreira, en el día de las madres, y a su papá
Jorge Dovat.
Disfruten
como lo hago yo del momento.
Hasta la
próxima carrera.
Gerardo.
