LOS CARAS PINTADAS....

textos: Gerardo Basignani


Departamento de Canelones, ciudad de Las Piedras, cuánta gente laburante, que se sube al bus todos los días para llegar hasta Montevideo y completar la jornada de trabajo. Cuánto movimiento juvenil y cuánta movida joven en esa ciudad. Una ciudad con movimiento propio. Con empuje, con ganas. No se permiten las tardes de siestas, porque su gente sale a la calle para ver y participar de todos los eventos que fin de semana tras fin de semana se llevan a cabo. En esta oportunidad la AAU organizó una nueva fecha del Campeonato. Todos estaban esperándonos. Los comercios abiertos. Como decía el Sabalero: los boliches con sus paisanos acodados al mostrador. Las heladerías a full por el gran calor de la tarde. La alegría de los niños en participar de la competencia y llegó la hora de los mayores. El reloj cantaba las 16.30 hs. El termómetro seguramente arriba de los 25 grados. Las calles de la ciudad vieron pasar a los atletas de camisetas multicolores  de sus respectivos equipos. Nos apartamos un poquito del lugar de largada antes de la hora señalada, y nos encontramos con un grupo de jóvenes que con mucha creación se había pintado las caras para salir por sus calles a dar su espectáculo. Esperarían a que finalice la carrera, y como broche de oro, harían el deleite para los presentes del sonar de tambores y de los movimientos de sus bailarinas. Hoy decidimos la nota diferente. Hoy decidimos traerles otras cosas que también hacen al espectáculo. Hoy le damos la derecha a éstos jóvenes que hacen el bien, con su música, con sus mensajes, con un motivo diferente en cada uno de ellos pintado en sus rostros, para que todos nosotros pensemos, que en la juventud, NO TODO ESTÁ PERDIDO.
Que disfruten de la nota. Nos vemos en la próxima.












DE PELÍCULA RELATO DE LA MARATÓN DE BS. AIRES 2012






DE PELÍCULA
(Basada en hechos reales, Maratón de Buenos Aires, octubre del 2012)



Una boda y dos funerales: Si, esa era la sensación el viernes en la noche en la fiesta de casamiento de nuestros compañeros de equipo Cristina y Gerardo.
-El domingo corremos la maratón y nos vamos mañana-
-¿Sin dormir?-
-Siii-
-Ahhh-  y nos miraban como si ya estuviéramos muertos.
(Si, ya sé, la película se llama “Cuatro bodas y un funeral” pero no me dan los números, la boda era una  y los “muertos” dos: Rossana y yo.)
El sábado a la mañana, 7:30, partiríamos en nuestros respectivos cajones, ¿y las flores? llevamos las del casamiento.

Tonto y retonto: Nos encontramos en la terminal de ómnibus Tres Cruces, estábamos en los trámites para el embarque y le digo a Ro:
-Ya vengo, voy al baño-
Me dirigí a la salida y tomé el primer taxi que encontré, me llevó hasta mi casa, donde pude levantar mi cedula la cual me la había olvidado, regreso a la terminal en el mismo taxi.

Máxima velocidad:
Ro: -¿Qué te pasó Juan? ¿Te quedaste dormido en el baño o estás descompuesto?-
-Mmm... Si, más o menos, algo así-
Ro: -Perdimos el bus, te voy a reventar, ¡¿ahora que hacemos?!
Subimos a un taxi y dije la frase que a todos nos gustaría decir algún día.
- ¡A toda velocidad, siga a ese ómnibus!-
El taxista, con un escarbadientes en la boca, me miró levantado un ojo más que el otro, sin decir palabra y con pocas ganas arrancó el taxi.
Tras diez minutos de persecución, logramos detener el bus y subirnos a el.

Titanic: Llegamos a Colonia y logramos ubicarnos en el barco sin demasiados inconvenientes, en unos cuarenta minutos estaríamos en Buenos Aires, al mediodía del sábado.
Supongo que para amenizar el viaje estaban pasando música, empieza a sonar la canción “My hart will go on” interpretada por Celine Dion. Me dieron unas ganas enormes de salir al exterior del barco, y así lo hice. Empecé a subir la baranda del barco como si fueran escalones y al llegar al último empecé a abrir los brazos como si fuera a volar, por suerte llegó Rossana.
Ro: -Tranquilo “Juancito DiCaprio” bájate despacito, te llevo para adentro  y te quedas quietito-, -¿qué te paso?, ¿te están afectando las pastillas o el no haber dormido?-
Supongo que debo tener algún trauma que me quedó cuando vi está película en el cine, todos lloraban y se les caían las lagrimas, a mi lo único que se me caía era el pop al piso, un insensible total, intenté no pestañar para llorar un poco pero no hubo caso.
A pesar de haber visto unas cuantas películas de Quentin Tarantino como: “Kill Bill” y “Perros de la calle” no he podido desintoxicarme.

Extraños en un tren: Llegamos a Buenos Aires, almorzamos y nos acomodamos en el hotel, ubicado en el barrio Belgrano a unos veinte minutos caminando  de la largada de la carrera. Luego salimos a retirar el kit, fuimos a la estación de subte, el subte llegó con mucha gente con muchas caras parecidas, todas iguales como si tuvieran una careta puesta como en la película “The Wall”…y nos convertimos en uno mas de ellos.
Retiramos el kit y a la salida de la Expo maratón nos encontramos con una reina no se de que, con corona, banda y todo. Una muchacha me pregunta: -¿Querés que te saque una foto con la reina?-
-No, gracias, vine con una-
Retornamos en el subte, sentados frente a nosotros una niña con su papá comenta:
-¿Cómo se llama?-
 -Juan se llama- contestó el padre ante mi total asombro.
- En la bolsa del kit está tu nombre, no soy adivino-,- suerte mañana en la carrera yo también corro- y se bajaron. Estos encuentros con extraños pero sin embargo unidos por una simple carrera, van aumentado de a poco la adrenalina.

Esperando la carroza: Cenamos y nos tumbamos en el hotel a esperar el mañana, muy cansados, con dolores en las piernas y pies, “muertos”, estábamos “muertos”.

Banda de sonido: Cinco y treinta de la mañana del domingo nos levantamos a realizar los correspondientes ritos previos a la maratón, en la TV sonaba la música de Ricardo Montaner y Sergio Dalma (Dalmata dijera nuestro compañero Exequiel, ¿será por que canta como un perro?, los amantes de esos interpretes no se enojen, es solo un chiste).
Había que hacer un corte, en mi celular puse a sonar a “Trosky Vengaran” banda de sonido de eternos adolescentes, de perdedores, como vos…como yo. Tres canciones: “La vida sigue igual”, “Otro lugar” y “Cerca del infierno” eran suficientes como gritos de guerra antes de partir rumbo a la largada y de paso extrañaba un poquito menos a mi pequeño sobrino,  suele interpretar estas canciones con una raqueta  de tenis como guitarra  dando saltos de piernas abiertas.

Matrix: Vamos junto con Ro en camino a la largada, a unos cien metros vemos una vía de trenes, empieza a sonar la campana que indica el pasaje de un tren, y las barreras comienzan a bajar. Nos miramos, y sin mediar palabra corremos, pasamos por debajo de la primer barrera casi tocando el pecho contra el suelo, en el medio de la vías es como si hubiéramos ingresado a otra dimensión, un fuerte viento soplaba y cambiaba de dirección bruscamente, seguimos corriendo y la siguiente barrera la pasamos como si estuviéramos corriendo una carrera con vallas, caímos del otro lado abiertos de piernas una delante de la otra y las manos como en pose de artes marciales, miramos hacia atrás y vimos pasar a toda velocidad el tren, volvíamos a estar en la realidad… o no.
Teníamos tiempo, pero no tanto como para perderlo por un tren

El señor de los anillos: El ver unos cuantos corredores ya nos indicaba que estábamos muy cerca de la largada. Seguimos acercándonos hasta que logramos divisar la masa, estos saltaban, gritaban, movían los brazos, en fin, eran “Orcos” desperados y ansiosos por largar, “metían miedo”. Nuestro plan era largar lo mas adelante posible y empezamos a esquivar “Orcos” hasta que nos topamos con una barrera de ellos que ya no nos permitía el paso, en ese momento nos dimos cuenta que nosotros también éramos “Orcos”, Mas adelante estaban los buenos, los “Hobbits”, “Elfos” y “Enanos”, sin duda uno de ellos ganaría la carrera, en las películas siempre ganan los buenos.
Atrapados sin salida: ¡Largamos!, los primeros diez kilómetros son complicados para correr, la sensación es de que estas atrapado por la masa, una de la opciones es ponerse a esquivar corredores si uno  quiere avanzar, pero a la larga esto genera un desgaste que luego se paga, la mejor opción creo que es dejarse llevar, dejar lo mejor para el final y disfrutar, ya habrá tiempo de mejorar el ritmo si se desea.

Cantando bajo la lluvia: Una llovizna muy tenue caía desde el comienzo de la carrera. Unos cuantos kilómetros adelante, un grupo que imitaba los Beatles con sus trajecitos y todo, hacían el deleite de los que pasábamos, realmente tocaban y cantaban muy bien, con mucha fuerza. La llovizna haría que muchos de estos espectáculos que hay a lo largo de la carrera mermaran y no se realizaran.
La llovizna no complicaba la carrera, para nada, al contrario, era muy agradable correr con ella.
Dos señoras, me imagino vecinas, de esas que se acuestan y se levantan de ruleros comentaban la situación:
-¿Moni? ¿A ti te molesta la lluvia?-
- No, para nada-
-¿Vistesss que le da como una onda a la carrera?
-Siii, mismo-

Trainspotting: En el kilómetro 25 me tomo un perifar mas una pastilla contra la tos que ya  había tomado en el kilómetro 15, esto se sumaba a un blister de perifar y otro de pastillas descongestionantes, unas cuantas aspirinas efervescentes, bucoseptine para el dolor de garganta que complementé con pastillas ernex y el tecito de mi mamá (guaco, salvia, limón y miel), todo esto ingerido en los últimos cinco días tratando de acompañar y amenizar la gripe que me aquejaba. Lugo de la carrera un actron y diclofenac ion para tapar un poco los dolores musculares.

Seven (Pecados capitales): A partir del kilómetro 30 las interrogante era si llegaríamos con la suficiente fuerza hasta el final, Eran unas cuantas las faltas cometidas que “no se deben cometer” antes de una maratón. Algunos de estos “pecados” fueron voluntarios y otros no. Quince días antes de la maratón un virus ingresa en mi cuerpo contra mi voluntad y me deja unos cuantos días sin correr y con pocas fuerzas para retomar  el entrenamiento, cuatro días antes de la maratón una gripe comienza  a asecharme, el viernes, día previo a la partida, la gripe me deja de cama. Dicha gripe puso en duda mi participación a la noche del casamiento de Cristina y Gerardo, pero corazón contento  corre mejor, y allí fuimos a compartir ese momento tan lindo con nuestros compañeros de equipo. El casamiento nos llevó a cometer otras faltas “involuntarias”: tomar alcohol, comer en abundancia, “bailar” y sobre todo irnos sin dormir  sumado a que no dormimos siesta cuando llegamos a Buenos Aires. A Rossana habría que sumarle los zapatos de taco en la fiesta, tenia que haber ido con los Nike, no tuvo gripe pero si algún virus que llevó puesto a la maratón, según ella no tomó alcohol en la fiesta (¿?).

Mejor…imposible: Llegamos a la meta con fuerza, de menos a mas dejando lo mejor para el final. Veo llegar a Rossana, sonriente, feliz de la vida si ninguna muestra de sufrimiento, y si, corriendo “La vida es bella”,  los miedos quedaron atrás. Nos abrigamos con unas capas de nylon que nos daban en la llegada, muy prácticas para el momento, estaba fresco y la lluvia había hecho su trabajo.

Matrix recargado: De camino al hotel, nuevamente nos topamos con las vías del tren, otra vez empiezan a sonar las campanitas, nos miramos.
-¡Nnnaaa!-
No teníamos ganas de correr, pero tampoco de detenernos, seguimos la marcha, miramos hacia los costados y atravesamos la vía por uno de los extremos de las barreras, no nos dio ni para mirar hacia atrás par ver el pasaje del tren, solo lo escuchamos.
Llegando al hotel nos cruzamos con un corredor supongo, ya bañadito, al ver nuestro atuendo nos dice: -parabéns-,  y para no ser menos le contestamos siendo coherentes con el idioma: -thank you-.

Muertos vivientes: Habíamos hecho muchos planes para después del almuerzo, ir al barrio chino, al centro o en su defecto si estábamos muy cansados mirar una película en un cine que estaba muy cerquita del hotel,  había unas películas bastante interesantes.
Luego del almuerzo lo único que pudimos hacer fue quedar tumbados, estábamos muy cansados, mucho mas que en maratones anteriores y en lo particular con fuertes dolores musculares. Esperamos a la noche, tomamos un heladito y a descansar para pegar la vuelta a la  mañana.

Titanic 2: A la mañana siguiente, luego de un rico desayuno y retirada del hotel nos embarcamos rumbo a Colonia, unos minutos mas tarde comienza a sonar nuevamente la cancioncita de Titanic, con el pretexto de estirar los músculos salgo al exterior del barco y comienzo una vez mas a subir la baranda, coloco un pie y cuando coloco el otro se me resbala, pero logro continuar  la escalada, saco mi medalla obtenida en la maratón y ya la visualizaba cayendo al río y dando vueltitas en circulo hasta el fondo. En eso llega mi salvadora y manotea la medalla.
Ro: -¡Juan, no sos la anciana del Titanic! ¡Otra vez la misma película que ha la ida! ¡Vamos para adentro!-

Yo robot: Llegamos a Colonia y tomamos el bus a Montevideo, en un par de horas estábamos en tres cruces. La bajada del bus fue difícil, resultó interminable levantarme del asiento y caminar por el pasillo, bajé las escaleras casi sin doblar las rodillas, la dureza era importante.
Nos despedimos con Ro, ¡beso y abrazo!, y comencé la peregrinación hacia mi casa, las primeras dos cuadras fueron complicadas, a media que calentaban los gemelos mejoraba el paso y logré llegar caminado bastante decentemente.

The end: Un par de días con hielo en los gemelos y esperar que el tiempo nos recupere.
A los tres días tengo noticias de Rossana, ya estaba pronta para seguir corriendo, ¿yo?  yo para seguir durmiendo.

Créditos: Retornamos con las ganas de volver y de que unos cuantos Supersónicos nos acompañen a una travesía de estas, pero eso ya será argumento y personajes de  otra historia.
Pasamos de película.



                                                                                           Juan Carlos Da Rocha
    






SUPERSÓNICOS NUEVAMENTE EN EL MARATÓN DE BUENOS AIRES


NUESTROS COMPAÑEROS ROSSANA GONZALEZ Y JUAN CARLOS DA ROCHA
PARTICIPARAN POR 2DA. VEZ DE LA MARATÓN INTERNACIONAL DE BUENOS AIRES.




                               "ÉXITOS AMIGOS" 

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13° ETAPA CORRE COLÓN (CLUB OLIMPIA)



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