Escribe: Gerardo Basignani
Si sos corredor de
calles, al leer esta crónica sabes que es verdad cuando decimos que corremos por placer.
Si aún no tenes la
oportunidad de integrarte, te lo contaremos de la mejor manera para que pueda
llegar hasta ti y trataremos de hacerte sentir uno más dentro de ese mar humano
de competidores.
Para el atleta, no
importa si hoy tengo poco tiempo, o si está muy frío o lloviendo. Para el
atleta el día que pasa sin entrenar, ya es una jornada perdida que no se
recupera. Los horarios no son siempre los mejores para lograr el entrenamiento.
A las 6 de la mañana ya hay gente corriendo por la rambla de Montevideo, y lo
primero que se te viene a la mente pensar si es que no sos corredor es, ah…ese
tipo está loco a esta hora y con este frío correr en la rambla. Pero sabes que?
Es la única hora que ese atleta puede salir en el día para hacer su
entrenamiento semanal, de lo contrario sería: un día perdido. Así transcurre la
semana, y así llegamos al día que esperamos. El Domingo a la mañana. Hay
carrera y hay que ir. Llegas con tiempo, y disfrutas de otras cosas que también
hacen el gran colorido de la previa. En
lo personal, me gusta llegar con mucho tiempo a la largada. Te vas encontrando
con compañeros y compañeras de la ruta que luego los ves y das o te dan aliento
para seguir. Y gracias a que dispongo de ese tiempo “antes” de largar, es que
me permito elegir al azar cuál puede ser la entrevista de hoy. Es por eso
entonces que encontramos a una mujer que admiramos mucho, por su voluntad y su
tenacidad. Su camiseta reza el nombre del equipo al cual pertenece: LOS
ÑANDUES. Corre 10 kms, que importa el tiempo, pero les adelanto que lo hace en
menos de una hora. Tiene dos tornillos en uno de sus tobillos, producto de un
accidente. Esta casada, hace 39 años, y es feliz en esta vida. Fue patinadora
del Platense. Vive en el Barrio Brazo Oriental. Es coqueta hasta para correr,
porque acomoda muy sutilmente su pañuelo que va sobre su cabello. Su rostro va
siempre acompañado de una sonrisa sincera. Su esposo se quedó cocinando para
esperarla luego del esfuerzo deportivo. Actualmente está jubilada, arrancó hace
unos años a correr, cuando apenas había diez mujeres en las competencias.
Corrían entre los autos, no cortaban las calles, y siempre se llevaba un trofeo
a su casa. La fuimos a buscar a su grupo, le pedimos la nota, amablemente y con
muy buena onda dijo: dale.
Les presento a ISABEL
CASTRO.
Que lo disfruten.
Hasta la próxima.
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